Rosario Moreno Montalvo
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Somos TIERRA DE BENDICION según las palabras de M. Carmen. Ánimo. Tomemos nuestra tierra en nuestras manos y dejemos hacer al Alfarero su Obra. HAZ CLICK EN MATERIALES DE FORMACIÓN Y ENCONTRARÁS DOCUMENTOS QUE TE PUEDEN AYUDAR PARA TRABAJAR EL IEC Capítulo 1 Itinerario espiritual concepcionista y experiencia tierra Introducción: Desde hace apenas unos años, nuestra Congregación viene presentándonos una nueva alternativa para el crecimiento y fortalecimiento de nuestra vocación concepcionista. Se trata del itinerario espiritual a partir de la experiencia tierra extraído de los símbolos, ideas, pensamientos y la propia experiencia de M. Carmen Sallés reflejada en sus escritos.
Este itinerario espiritual está muy lejos de ser una presentación de ideas bonitas y ordenadas sobre la vida espiritual, o un manual de proyecto personal,… es ante todo un proceso personal, profundo y constante de, autoconocimiento, de experiencia de Dios y de relación con los demás desde nuestra propia identidad carismática. Es el camino de ir aprendiendo a beber del propio pozo de la vida, hasta asumirla con todas sus dimensiones, conociendo, integrando, sacando lo bello y hermoso de ella, aún con sus heridas, cicatrices, etc. que nos va dejando la historia personal.
También se trata de un camino vocacional en el que descubrimos la llamada a la felicidad, y por supuesto, un camino de identificación con un carisma, el concepcionista, donde profundizamos sus elementos esenciales y en el que descubrimos a María Inmaculada como nuestra buena Madre y fiel compañera que nos impulsa a entregarnos sin reservas a Dios y a asumir la misión educadora concepcionista, como la forma peculiar de participar en la misión de la Iglesia Universal.
La simbología del itinerario es la tierra es una simbología sugerente, que penetra en el misterio inmenso de lo que pueden ser las distintas dimensiones de la vida humana, todas ellas a trabajar e integrar. Madre Carmen bien lo sabía, y no duda en presentar nuestra Congregación y nuestra propia vida como ese pequeño huerto-jardín que continuamente tenemos que trabajar para embellecer, y que Dios ha mirado con ternura para habitar en él.
Este itinerario de la experiencia tierra se acoge en serio o no se vive. Es una propuesta que nuestra Congregación nos regala para asumirla con libertad y con todos los riesgos que implica el tomar la vida en las propias manos, para crecer en el amor y en el compromiso con Dios, con una misma y con los demás, el compromiso de realizar nuestra vocación fundamental: ser felices.
NO es un Ideario. Un Ideario es un documento en el que se establecen principios y criterios para vivir el carisma concepcionista. Cumplir un Ideario no garantiza la fidelidad al carisma. NO es un PLAN de Pastoral. Este quiere unificar criterios en la Pastoral que asegure la comunión de todos las que trabajan en Pastoral. NO es un PROYECTO, ni siquiera un Directorio de Formación donde están condensadas las líneas básicas de la Formación concepcionista, con Objetivos, Contenidos, Programa de Formación, Criterios de discernimientos, etc.
¿Qué es, pues, el IEC?: ES UN CAMINO que propone, de manera secuencial los NÚCLEOS BASICOS de la EXPERIENCIA CARISMATICA de la Congregación
Expliquemos un poco las palabras fundamentales de esta definición: Es un CAMINO donde, como en todo camino hay etapas-clave, otras de transición,...e hitos que van jalonando el camino. Se trata, por tanto, de un PROCESO, algo que nunca está terminado.
NÚCLEOS BASICOS: Son como la condensación de la espiritualidad concepcionista, los elementos de la misma en estado germinal, como en semilla, y que permiten desarrollar el árbol de la vida, porque tiene fuerza germinativa.
2. ¿Cuáles son sus objetivos?
EXPERIENCIA: Se trata de algo aprendido por contacto directo, en la experiencia y que modifica mi visión de la realidad. No son conceptos que me pueden dejar más o menos fría, sino vivencias que afectan a mi visión de la realidad. CARISMATICA: Es un don del Espíritu, para verificación común. Sin una sensibilidad espiritual esto no se entiende. Un I.E. no puedo juzgarlo si no lo recreo en mí misma, es decir si no lo experimento. Diría que es como la lectura de mi vida, en clave de Historia de Salvación. Resumiendo, pues, decimos que el ITINERARIO ESPIRITUAL es el camino que desarrolla el don de la vocación que hemos recibido en continuidad con el original recibido por Santa Carmen Sallés. ¿Cómo nació la idea de un IEC? El Itinerario Espiritual concepcionista (IEC) brotó de la necesidad de contactar con nuestras raíces carismáticas, con la tradición de la Congregación. Y que tratamos de descubrir en nuestro patrimonio espiritual algún símbolo que nos sirviera de vehículo para decir en pocas palabras aquello que queremos. Teníamos necesidad de algo que fuera a la vez dinámicamente estable. Porque podemos cambiar el Directorio y los Planes de Formación, de Pastoral…, pero no el Itinerario Espiritual. Este es, pues, como el alma, la mística, la energía de todos los Proyectos para que estos no degeneren. El IEC llamado “Experiencia-tierra” desea ser un proyecto de renovación concepcionista. El objetivo es ayudar a revivir las experiencias fundamentales de su vocación y misión.
Es una oportunidad para tomar la propia vida (tierra) en sus manos, después de varios años de camino, e iluminarla desde distintos ángulos: humano-social, psicológico, teológico-espiritual y carismático, siempre apoyadas en la Palabra de Dios. 3. El porqué del símbolo Tierra ¿De dónde hemos sacado este símbolo? Hemos extraído las líneas base del IEC profundizando en las cartas de M. Carmen[1] En su carta del 30 de Mayo de 1909, se identifica ella misma y nos identifica a cada concepcionista con el proceso seguido en la Congregación[2]. Reconoce que ha sido un año de gracia y bendición para cada religiosa y para el Instituto[3]. En esta carta queremos ver recogida la experiencia de M. Carmen:
El proceso de esta experiencia puede representarse así:
1 Tierra ¿? (situación personal) 2 T. ELEGIDA 3 T. CULTIVADA 4. Tierra BENDECIDA
Pasar de una etapa a otra supone haber vivido una experiencia, sabiendo que esta no es un momento puntual, sino un proceso.
El paso del momento 1 al 2 se da a través de una experiencia clave: experiencia de la VOCACIÓN (Experiencia “cerca”) El Paso del 2 al 3 a través de la experiencia de COMUNIÓN El paso del 3 al 4 a través de la experiencia de PASCUA Para cada etapa hay: Una Palabra de Dios y una experiencia humana Núcleos básicos: Experiencia de Dios- Trinidad; María Inmaculada; descubrimiento de la propia vocación-misión Ejes dinamizadores: La oración; La Palabra de Dios que acompaña la experiencia; La vida diaria: Descubrir la acción de Dios en ella: “Enseñar a leer y escribir mi historia como Historia de Salvación” 5. ¿Por qué se llama EXPERIENCIA “TIERRA? La tierra en realidad contiene la experiencia de Dios en la persona. El agricultor es Dios-Trinidad y colabora con Él la propia persona. La cerca expresa el signo de pertenencia a Dios: la consagración bautismal y religiosa, el portillo (falsa puerta) es la zona de especial atención para la persona; la tierra elegida, cultivada, bendecida, se pueden identificar son situaciones de la persona. Lo primero que hay que hacer es tomar conciencia de que nuestra tierra somos cada una de nosotras mismas en todas nuestras dimensiones (física, afectiva, intelectual...), así como del entorno y de nuestra propia historia ya vivida. En el Itinerario se intenta revivir las etapas de la vida en clave de historia de salvación, haber experimentado la bendición de Dios-Trinidad de forma gratuita. Todo ello es DON Y TAREA. [1] Cf. 30 de Mayo de 1.909; 15 de octubre de 1.900.[2] Nuestra amada Congregación, hijas mías, es nuestra madre, es nuestra heredad, sus triunfos y sus glorias son los nuestros.
[3] El Señor, por medio de su Vicario en le tierra, ha bendecido, ha alabado, ha creado nuestro huerto, nuestra corporación; guardemos vigilantes esa cerca, para que en ella no penetre el enemigo abriendo con el pecado algún portillo, y cultivemos con afán y laboriosidad su sagrado recinto. El guarda de esta cerca es la observancia fiel de los santos compromisos...
EXAMEN SOBRE LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR
TRABAJO PERSONAL
Se lee la primera parte: Mateo 13:1-9 LA PARABOLA DEL SEMBRADOR 13 Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó junto al lago. 2 Era tal la multitud que se reunió para verlo que él tuvo que subir a una barca donde se sentó mientras toda la gente estaba de pie en la orilla. 3 Y les dijo en parábolas muchas cosas como éstas: «Un sembrador salió a sembrar. 4 Mientras iba esparciendo la semilla, una parte cayó junto al camino, y llegaron los pájaros y se la comieron. 5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esa semilla brotó pronto porque la tierra no era profunda; 6 pero cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron. 7 Otra parte de la semilla cayó entre espinos que, al crecer, la ahogaron. 8 Pero las otras semillas cayeron en buen terreno, en el que se dio una cosecha que rindió treinta, sesenta y hasta cien veces más de lo que se había sembrado. 9 El que tenga oídos, que oiga.»
Se LEE la segunda parte:
Mateo 13, 18-23 18 »Escuchen lo que significa la parábola del sembrador: 19 Cuando alguien oye la palabra acerca del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que se sembró en su corazón. Ésta es la semilla sembrada junto al camino. 20 El que recibió la semilla que cayó en terreno pedregoso es el que oye la palabra e inmediatamente la recibe con alegría; 21 pero como no tiene raíz, dura poco tiempo. Cuando surgen problemas o persecución a causa de la palabra, en seguida se aparta de ella. 22 El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan, de modo que ésta no llega a dar fruto. 23 Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno es el que oye la palabra y la entiende. Éste sí produce una cosecha al treinta, al sesenta y hasta al ciento por uno. IDENTIFICACION CON LAS TIERRAS, que se recorrerán una tras otra:
Son situaciones de indiferencia, miedo al compromiso, ligereza,… Una vida sin complicaciones.
Es vivir en la superficialidad, el egoísmo, la dureza de corazón, ¡qué enfermos estamos de superficialidad!
TAREA: DIBUJA PIEDRAS QUE IDENTIFIQUEN la SITUACION de SUPERFICIALIDAD, INSENSIBILIDAD, DUREZA, INCOMPRENSIÓN…
Una sociedad en crisis y permisiva esparce desconcierto, desorientación, confusión,…
TAREA: TRATA DE PLASMAR DE ALGUNA MANERA LA CONFUSIÓN, EL ENREDO,… QUE HAS CREADO ESTE AÑO CON PALABRAS, ACCIONES,… Y HAN DEJADO LA TIERRA DEL COLEGIO DAÑADA SITUACION TIERRA BUENA: (Explicar qué es una situación tierra buena)
TAREA: DIBUJA LOS FRUTOS O FLORES QUE CREES SE HAN DADO EN TU TIERRA ESTE AÑO
SEGUNDA PARTE: Se reunen en grupos y hacen una tierra común que llevaremos a la oración.
“Baja que hoy tengo que hospedarme en tu casa” (Lc 19,10)
Ejercicio nº 9 María, danos tu bendición Tenemos ahora un pequeño recuerdo a la ORACION de la Familia Concepcionista: “María: danos tu bendición...”
Ejercicio Nº 8
La bendición forma parte de nuestra historia personal, de nuestro carisma concepcionista y de la Palabra de Dios. Comencemos por decir algo de este tercera parte, para pasar a la segunda y luego a la primera.
Bendecir significa “DECIR BIEN”. Dios nos ha bendecido desde siempre. Ya en el Antiguo Testamento aparece la bendición del Creador sobre el mundo. “Los bendijo Dios y les mandó: creced y multiplicaos” nos dice el Génesis en su primeras páginas. Aparece la bendición hecha a Abraham cuando un personaje misterioso, un sacerdote llamado Melquisedec le bendice diciendo: “Bendito sea Abrán por el Dios altísimo…” Gen 14, 18). Escena misteriosa y sugerente pues nos evoca ya a Cristo y la Eucaristía. Son muchos los textos de bendición que recoge la Biblia, pero de forma especial tenemos el texto de bendición de la carta a los Efesios que comienza: “Bendito sea Dios que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales y materiales…” (Ef. 1,3-10). En Cristo hemos sido bendecidos y enriquecidos en todo. Repásalo y verás. En nuestro carisma la expresión de la bendición sale varias veces en boca de M. Carmen: “Nuestra Congregación ha llegado a ser tierra de bendición…“. “Bendícela, bendícela, bendícela” le pide a la Virgen por la Congregación, y así mismo nos pide que oremos con frecuencia a María con la fórmula de bendición pidiendo que “la bendición del Padre, el amor del Hijo y la gracia del Espíritu Santo estén con nosotros “. Hemos sido bendecidas por el Padre al crearnos, por Cristo al redimirnos, por el Espíritu al santificarnos…, hemos sido bendecidas por la Congregación. En su tierra de bendición hemos recibido muchas semillas, flores y frutos. Se nos ha dado la gracia del carisma, que es Trinitario y Mariano y Eclesial-apostólico. Si repasamos la cantidad de gracias que desde el comienzo y hasta hoy de nuestra vida cristiana y religiosa hemos recibido, sin duda de nuestro corazón saldrá un Magníficat como salió del de Maria cuando experimentó la bendición de Dios que la llenó de gracia. Es tiempo de tomar conciencia de la bendición de Dios sobre mi vida personal y hacer un recorrido por ella, desde que nací hasta ahora, en mi familia y colegio, en la Congregación, con mis amistades y las personas que me han bendecido a lo largo de su vida con mucha clase de bienes espirituales y materiales… todo es bendición. Todo es gracia. Párate a pensar y recoge de nuevo, como en un Magníficat, la bendiciones que han llegado a tu tierra y la puedes llamar con toda propiedad tu “tierra de bendición”. Y ahora la segunda parte de este trabajo. Hemos sido bendecidas para ser bendición, para repartir bendición a nuestro paso, para ser como Maria, bendición para todos con palabras, gestos, hechos… para ser una Eucaristía viviente, una procesión del Corpus. Trabajo personal: DETENTE UN MOMENTO MÁS EN TU TIERRA Y HAZ LA EXPERIENCIA DE SER TIERRA DE BENDICIÓN
LA FUERZA MISIONERA DE LA COMUNIÓN Ejercicio Nº 7
Desde un tiempo largo me viene tocando con fuerza la llamada a vivir la experiencia de comunión, bajo distintas formas de llamadas: en la misión, en la vida comunitaria, en mi vida personal, en mi oración y en la espiritualidad.
Siento que es una llamada del Espíritu y lo hace con fuerza en el tiempo pascual que vamos a concluir; la llamada a vivir la comunión con el Cristo pascual que pasa por la Cruz para llegar a la Vida, la llamada a la comunión en una comunidad nueva, diversa, pobre,…llena de limitaciones y carencias pero rica en el espíritu porque el Espíritu ha ido haciendo su obra en cada una de mis hermanas, ¡estoy segura! La llamada a la comunión en la misión, misión dura, a veces muy difícil, con frecuencia refractaria al mensaje cristiano, misión entre alumnos y misión entre maestros. Siento que la primera llamada para “hacer misión” es la llamada a la comunión. Pero ¿cómo “comulgar” con todos?, cómo comulgar con el indiferente, con el pasivo, y peor todavía con el que dice una cosa y no hace, con el que da buenas palabras pero pocas buenas acciones… ¿Cómo comulgar con todos los que tenemos que llevar adelante una misma misión? ¿No será necesario aquí el milagro de Pentecostés, para generar unidad dentro de tanta diversidad? Creo que sí. Necesitamos el milagro del Espíritu, necesitamos el milagro de una Nueva Creación. Por nuestras solas fuerzas naturales no podemos. Es verdad que son necesarios medios, técnicas, reuniones, diálogos, programaciones, reestructuración… pero eso llega a cansar, y por muy buena programación que se haga siempre saldrá el diablo – el que divide, de ahí su nombre- con sus tentaciones de Tener- consumo- Poder- estar por encima de los demás- y Brillar- mucha apariencia aunque de fondo haya poca verdad. Siento la necesidad de un milagro de Pentecostés. Siento que necesitamos, necesito ORAR para que el Espíritu entre en nuestra comunidad educativa, en nuestra comunidad religiosa, para que entre primero en mí y cree unidad. Tengo que volver a releer y meditar este texto tan rico de la espiritualidad de comunión. Sin eso no hay nada que hacer por muchos esfuerzos de reestructuración que haya hecho y siga haciendo. Y pedir con fe y humildad: VEN ESPIRITU. VEN ESPIRITU, VEN ESPIRITU.
“Antes de programar iniciativas concretas, hace falta promover una espiritualidad de la comunión, proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano, donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes pastorales, donde se construyen las familias y las comunidades. Espiritualidad de la comunión significa ante todo una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado. Espiritualidad de la comunión significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místico y, por tanto, como «uno que me pertenece», para saber compartir sus alegrías y sus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad. Espiritualidad de la comunión es también capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un «don para mí», además de ser un don para el hermano que lo ha recibido directamente. En fin, espiritualidad de la comunión es saber «dar espacio» al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros (cf.Ga 6,2) y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asechan y engendran competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianza y envidias. No nos hagamos ilusiones: sin este camino espiritual, de poco servirían los instrumentos externos de la comunión. Se convertirían en medios sin alma, máscaras de comunión más que sus modos de expresión y crecimiento. (NMI 43)
Ven Ruah, dadora de vida, abre nuestros oídos, libéralos de sorderas cómplices, de tapones distorsionadores. Limpia nuestra mirada, transforma nuestro corazón, ensancha nuestras entrañas, aligera nuestros pies en la dirección que tú nos marques.
Haz, Tú, posible que este tiempo sea de docilidad a tu acción, de soltar nuestros controles, de abrir puertas y ventanas. Danos la capacidad de acoger las interpelaciones que nos vengan: molestas algunas, difíciles de aceptar otras, que nos desconcertarán, nos producirán dolor y seguramente nos desplazarán de muchas de nuestras seguridades y certezas hacia la búsqueda permanente de tus caminos. Concédenos también que este tiempo lo sea de humor entrañable para no tomarnos demasiado en serio y poner así de manifiesto que el Reino que buscamos es tuyo y no nuestro, don tuyo y regalo que pide ser acogido y cuidado. Amén. ¡Ven que te necesitamos! (Emma Martínez Ocaña)
¿QUIÉN TRABAJA MI TIERRA CONCEPCIONISTA? Ejercicio nº 6
Es esta tarea de entrar en mi tierra, de contactar con ella, de conocerla y trabajarla… me doy cuenta de que ALGUIEN ESTA TRABAJANDO MI TIERRA, antes incluso de ser yo consciente de ella. Ya lo dijo Jesús: “Yo iré delante de vosotros…” (Cf Marcos 16,7; Mateo 28,10 y 16). Y ¿cómo lo hace? Fundamentalmente con dos las PERSONAS que le engendraron a Él y le engendran hoy también en nuestro corazón y nuestra vida. Con el ESPIRITU SANTO Y MARIA. Ambos van juntos, ambos realizaron la misma misión que es la que hacen en todos los tiempos y en todas las personas, y yo diría de una forma especial en la tierra y el corazón concepcionista.
¿Cómo me trabajan? El Espíritu Santo me trabaja con sus dones. Siento que el don de Entendimiento me ayuda a ir entendiendo los mensajes de Dios en su Palabra, en los acontecimientos, en la historia humana y personal. El don de Consejo me orienta en los caminos a seguir, el don de Fortaleza me ayuda a superar dificultades y lucha conmigo en la pelea diaria de la evangelización en este mundo que con frecuencia va contracorriente, el don de Temor de Dios me enseña a no fiarme tanto de mí misma y más de Dios para “no meter la pata” y hacer alguna barbaridad en mi tierra de la que luego me puedo arrepentir, el don de Piedad me enseña la ternura y la confianza en Dios que es mi Padre, mi Abba, el don de Ciencia me ilumina y guía en la búsqueda de la Verdad a través de la Palabra de Dios y también de las personas buenas, y el don de Sabiduría me enseña a saborear a Dios, a gustar de Él y ser feliz con Él. Todo esto lo experimento con los frutos que encuentro en mi tierra. Frutos de paz, de gozo, de alegría, de mansedumbre, de templanza, de… sí creo que esto que nace en mi tierra son los Frutos del Espíritu en mí. Y mi vida se llena de alabanza y acción de Gracias. Y ¿cómo trabaja mi tierra María Inmaculada? Ella colabora con el Espíritu haciendo vida estas palabras del Cantar de los Cantares: “Atráeme, correremos tras el olor de tus perfumes” (Ct 1, 4) ¿Cuáles son los perfumes de María con los que me atrae, me seduce? Son las virtudes. Me atrae su sencillez y pobreza, me atrae su bondad y belleza, me atrae la verdad y coherencia de su vida, me atrae su laboriosidad sin estrés, me atrae su ternura y cariño, me atrae su presencia siempre constante y serena como la de una madre, me atrae su fortaleza en el dolor, su constante intercesión por nosotros, sus hijos… ¡todo me atrae de María!; lo que de Ella contemplo en el Evangelio y en su presencia en la historia de los hombres que de vez en cuando nos sorprende con una aparición y que se han venido sucediendo desde los primeros tiempos del cristianismo hasta hoy, como en Zaragoza (El Pilar, España), Lourdes (Francia), Fátima (Portugal), Guadalupe (México), Medugorje (ex-Yugoslavia) o Częstochowa (Polonia), Knok (Irlanda), Siracusa (Italia), París, la Sallette (Francia), Garabandal (España), Cuapa (Nicaragua), Kibeho (Rwanda, África), … ¡quién sabe dónde? y lo hace precisamente a los sencillos, a los niños, a los pobres. Estos son los caminos de mi madre María. Sí, María, mi Madre, trabaja mi tierra llenándola de sus perfumes, de sus virtudes. Siento que mi tierra se ha ido trabajando desde siempre por el Espíritu que me habita desde mi creación y bautismo y por la presencia constante de María que estuvo presente ya desde el momento de mi concepción hasta hoy. Esto lo contaré en otro capítulo… de momento te invito a entrar dentro de tu tierra y comprobar esto que te digo: 1.- ¿Como sientes que el Espíritu Santo te ha ido trabajando? ¿Qué frutos percibes ya en tu tierra que son los Frutos del Espíritu?
2. ¿Cuáles son las huellas que María ha dejado en tu vida? ¿Te atrae “el olor de sus perfumes”, es decir esa maravilla de virtudes que llenan la vida de nuestra Madre y que nos da también a sus hijos? ¿Cuales crees que están ya en ti, aunque sean frutos pequeños? Descúbrelos. Comunión en nuestra tierra Ejercicio Nº 5
Tras tomar contacto con nuestra tierra es ir sintiendo en ella la bendición y el amor de Quien nos amó primero. Al meternos en nuestra tierra percibimos enseguida una fuerte experiencia de comunión. Comunión en primer lugar con nosotras mismas, con nuestra persona y nuestra vida, comunión con nuestra historia personal que la vamos experimentando como historia de salvación, comunión con nuestro pasado y con nuestro presente. Comunión con nuestro ser, con nuestra identidad, con nuestros pensamientos, sentimientos, deseos, proyectos… la experiencia de comunión es una experiencia honda de encuentro personal, de paz y de gozo interno. Me digo: “Esta soy yo, Dios me ha amado así y me siento bendecida y así me amo yo también”. Es la más honda experiencia de autoestima.
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