Rosario Moreno Montalvo

Si buscas hosting web, dominios web, correos empresariales o crear páginas web gratis, ingresa a PaginaMX
Por otro lado, si buscas crear códigos qr online ingresa al Creador de Códigos QR más potente que existe


Haz click en materiales de formación y verás archivos
para descargar


PROYECTO  PASCUAL 2019

UN PROCESO PERSONAL DE CONVERSIÓN HASTA LA CONFIGURACIÓN CON CRISTO
  • Se trata de ir recorriendo el camino de identidad e identificación. Nos ayudamos de unos símbolos.
  • Hacemos a la vez examen de cómo desarrollamos cuatro capacidades.
  • Nuestro proyecto personal es, en realidad, llegar a la configuración con Cristo. Ser “otro Cristo”.
  • MI IDENTIDAD ESTÁ ESCONDIDA EN CRISTO.
Propongo cuatro pilares (capacidades) y cuatro símbolos para ser trabajados:
1er SÍMBOLO: LA VASIJA, (MACETA)
Representa mi IDENTIDAD. Se trata de una vasija de barro, frágil y quebradiza, como yo, donde el Señor ha puesto su mirada. Y el mirar de Dios es amar. Mirando mi identidad puedo ir dibujando en esta vasija mi propio proyecto personal, los elementos que lo configuran, la experiencia fundante que ha marcado mi existencia, lo que he dejado y recogido en mi historia personal y mi nombre sobre el que se asienta mi identidad.
Poco a poco vamos descubriendo la propia identidad, y son las personas, las circunstancias, las heridas, lo bueno y no tan bueno que hemos ido dejando en el camino de la vida, las experiencias que han marcado la propia existencia, y sobre todo la Palabra que Dios me ha dirigido y que ha tocado mi corazón, es lo que va configurando mi identidad. Pero todavía queda mucho por descubrir…
  • Repite: SOY VALIOSO/A, SOY ÚNICA/O. DIOS ME QUIERE ASÍ COMO SOY.     
  • ACTIVIDAD: DECORA TU MACETA 
  • Primera Capacidad: AUTOCONCIENCIA, para vivir en verdad
Mientras vas dibujando en tu maceta, te invito a tomar conciencia de tu identidad, de tus posibilidades y limitaciones, para no ser víctima de autoengaños, afecciones desordenadas, sutilizas o razones aparentes. También para saber diferencias entre uno mismo y los otros y `poder tener relaciones de verdadera alteridad. Te propongo estas preguntas:
  1. ¿Te conoces con lucidez y hondura?
  2. ¿Conoces tus potencias y tus límites?
  3. ¿Eres capaz de mirarte e ir descubriendo nuevas cosas en ti mismo según avanza la vida?
  4. ¿Permites que otro/a te haga caer en la cuenta de aspectos que desconocías?
2º SÍMBOLO: PIEDRAS.
En nuestra identidad, en nuestra tierra, siempre hay algunas piedras que las podemos llamar “piedras de choque”. Es eso con lo que siempre “choco” y que no me deja crecer, que me obstaculiza y hasta impide el desarrollo de mi ser. Me produce dolor y conflicto y me detiene en el crecimiento interior porque pienso que eso está fuera de mí, que son las personas, las circunstancias…lo que produce ese dolor y choque. Pero no están fuera sino dentro de mí. Yo he de conocer esa piedra de choque, he de darla nombre para aceptarla e integrarla en mí y poder así trabajarla. Porque Dios me quiere así, con esa realidad. La ha dejado en mí para que me trabaje y crezca por dentro. No son los pecados, ni son las heridas, aunque con frecuencia sí ha producido pecados y heridas esa piedra en mí y en los demás. Es mi piedra de tropiezo pero a la vez puede ser la piedra de crecimiento si la conozco, la acepto, la integro y la voy dando nombre para poder trabajarla. Es muy importante conocerla. Es lo que produce mi dureza de corazón, la herida sin curar, la historia sin asumir, así que dentro de mí choca con “el otro”, especialmente con el más próximo porque es el más cercano y semejante a mí y ¡produce chispas!
Entre todas las piedras hay una que podemos llamar piedra de toque. Es "lo que conduce al conocimiento de la bondad o malicia de una cosa”. Aquello que sirve para demostrar la verdad o autenticidad de algo. Piensa también cuál es tu “piedra de toque”.
ACTIVIDAD: Retira las piedras de tu vasija. Es eso que No te deja crecer… que no deja desarrollar plenamente tu identidad. Está dentro de ti. No lo busques fuera. Da nombre a cada una tus piedras. Conócelas. Acéptalas e intégralas. Solo así podrás ser libre y crecer desde dentro. Ser Tú mismo/a. piensa también en tu “piedra de toque”.
 
  • Segunda Capacidad: SOCIABILIDAD.
Capacidad esencial porque sin los otros se es “menos yo” y menos capaz. Porque una persona sana necesita “sostén social” y relaciones de alteridad. Recordemos que “no es bueno que el hombre esté solo”, se puede leer como “no es bueno que el creyente, no sepa ni quiera ser acompañado”.
A la vez que trabajas en las piedras puedes ir contestando a estas preguntas:
  1. ¿Tienes o has tenido personas con las que puedes hablar francamente sin que queden temas aparte?
  2. ¿Tienes experiencia de cuidar de otros y tienes a alguien que quiere cuidarte?
  3. ¿Sabes pedir ayuda y caes en la cuenta de cuándo tienes que ofrecerla?
  4. ¿Eres capaz de vivir la soledad- y sufrirla- y sabes cómo manejarla sin que eso destruya tu proyecto existencial?
TERCER SÍMBOLO: SEMILLAS
Dentro de mí está mi esencia, representado en SEMILLAS. No son sólo las plantitas que pueden salir en forma de cualidades, valores,… es decir lo que se ve. No. La verdadera esencia está en mi interior: es mi identidad y la identidad se me ha dado. No la tengo que descubrir fuera, aunque quien me conoce y me quiere sí me puede ayudar a descubrirla. La identidad se me ha ido desvelando a lo largo de mi vida, a lo largo de la historia y sólo las personas que me quieren como soy, gratuita e incondicionalmente, me han ayudado a descubrirlo, aunque sea con dolor, han ido sacando de mí “el mejor yo”, ese que el otro me ve y yo no me veo. ¿Cómo descubrirlo? A través de las experiencias de amor y amistad, que han de ser un amor incondicional. Pero seguro que quedan semillas sin descubrir…
En realidad sólo Dios conoce mi identidad y me la va revelando, porque mi identidad está escondida en Cristo. Él es mi identidad, mi Imagen y yo he de ir reproduciendo en mí su Imagen, mi vida se va desvelando a Su Imagen. En Él estoy escondido/a. He de ir descubriendo mi verdadero Yo en Él. 
 
ACTIVIDAD: SEMILLAS. Simbolizan lo que soy en mi esencia… (Hay algunas conocidas y otras desconocidas… ¿qué hacer con ellas?
Descubrir la esencia de una persona es buscar dentro, entrar en su corazón, valorarla en su ser esencial para ayudarla a descubrir los dones con que Dios la dotó, a valorarse, a quererse, y a regenerarse así desde al amor de Dios. Hemos de descubrir que todos somos, de alguna manera, abrazados por Dios, transformados por su amor. Descubrir que los demás podemos ser ese abrazo de Dios para las personas, descubriendo en ellos la imagen y semejanza divina, que constituye la verdad más profunda de su ser, y que es origen de la genuina libertad. En este contacto con mi tierra voy descubriendo mi identidad, mi esencia, mi ser. Porque la identidad se nos es dada.
Sin CRISTO no hay identidad. No importa que no la conozcamos del todo cuál  es mi verdadera identidad. Hay que irlo descubriendo en la vida…
 
¿CÓMO DESCUBRIR MI ESENCIA? (nos podemos ayudar a hacerlo).
  • Tercera capacidad: de buscar y hallar sentido.
Es desarrollar la capacidad de buscar y hallar sentido a todo, para ordenar, jerarquizar y ser generativo (dejar vida en la vida).
Importante capacidad para poder llegar a saber a dónde voy y a qué y así ordenar mi vida. El horizonte de sentido, en nuestro caso, es el modelo encarnado en Jesús de Nazaret. Es importante también para poder conocer y renunciar a tiempo a lo que no conduce al fin que pretende.
A la vez que vas descubriendo las semillas puedes hacerte estas preguntas:
  1. ¿Tienes experiencia de apasionarte por alguien o por una causa lanzándote hacia adelante sin reservas?
  2. ¿Eres capaz de organizarlo todo para alcanzar lo que deseas?
  3. ¿Necesitas dejar tu impronta en lo que haces transformando los contextos?
  4. ¿Puedes mirar lejos en tus metas vitales, más allá del cumplimiento de objetivos inmediatos?
 
CUARTO  SIMBOLO: EL AGUA
¿Qué significa el agua? Aquello con lo que riego mi identidad, lo que me hace crecer en mi esencia como persona, lo que desarrolla plenamente mi ser. ¿Qué es en mi caso? Para mí esencialmente el encuentro con las personas y sobre todo con LA PERSONA, con el HOMBRE en plenitud: Jesús. El mundo de relaciones, el compartir vida enriquece y el encuentro personal con Cristo en la Oración, la Palabra y los Sacramentos. No en vano el principio de la vida humana y de la vida cristiana fue en el agua: El agua del líquido amniótico semejante al agua del mar y el agua del Bautismo. Sin regar mi vida con el encuentro personal con las personas que me hacen crecer y con Jesús, mi vida no crece.
 
  • Cuarta capacidad: de ejercer la VOLUNTAD. Para poder determinarse y actuar en consecuencia. Para poder, no solo querer y desear sino, también, deliberar y sobre todo, determinarme, de aquí en adelante asumiendo responsablemente los posibles inconvenientes de las decisiones tomadas.
  • También la capacidad de levantarme de los fracasos sin desfallecer hasta la identificación con Cristo y la humildad sabiendo que uno no trabaja para sí, sino en el Proyecto de Dios. 
ACTIVIDAD: A la vez que vas regando tu tierra pregúntate:
  1. ¿Has tomado alguna decisión que te ha obligado a optar dejando otras cosas deseables?
  2. ¿Has terminado cosas que has empezado?
  3. ¿Sabes, por experiencia que merece la pena el esfuerzo de determinarte por algo?
  4. ¿Llevas tu compromiso con la realidad más allá de los beneficios tangibles que ese compromiso conlleva, asumiendo las desventajas?



SEMILLAS DE ADVIENTO, (FRUTOS DE NAVIDAD)
Supongo que has tenido la experiencia de tener una semilla, o un fruto, entreabierto, en tus manos, y no llegar a saborear el fruto que alberga. Así pasa en la vida… es lo que califico como “semillas de adviento” o entreabiertas, o semicerradas…como queramos verlo!
La he tomado en mis manos y así como mi vida… no acaba de abrirse a la realidad de un Dios-con-nosotros- no acaba de saborear el misterio.
Hoy traigo; Señor, mis semillas entreabiertas. Mi vida es así. Las deposito en el camino del adviento, que es más que un tiempo, -4 semanas antes de la navidad- porque adviento es  mi vida entera. Así estoy, como estas semillas, a medio abrir. Veo el fruto, pero no lo saboreo…y ¿qué hay que hacer? ¿Romper la cáscara? ¿Esperar a que se abran? En un caso hay violencia…pero “el Reino de los cielos sufre violencia y sólo los violentos lo arrebatan”, quizá esto… ¿esperar?...la paciencia es la virtud del adviento y de la vida. Pero esperar pasivamente no sirve de nada… “la paciencia todo lo alcanza”, pero con los años hay escepticismo. ¡Ayúdame a vivir mi adviento vital, Dios mío!

2. LOS SIGNOS
“El Señor os dará un signo…”. Pedir signos es muy humano. Pedir señales que nos confirmen algo… pedir señales de confirmación. El signo aparece frecuentemente como deseo o petición. Pero es Dios quien da los signos en el adviento litúrgico y en el de la vida. Una virgen-madre… en medio del desierto florece un vergel…en la estepa hay vida y vida abundante.
Repaso los signos que el Señor me ha dado.
No es cuestión de falta de humildad el no pedir signos (como le ocurrió al rey Acaz). Es cuestión de ver, de escuchar, de reconocer los signos que el Señor me ha dado.
Signos son las personas que ha puesto en mi camino…señales de un amor gratuito y desinteresado… ¡signos de amor! Signos son las  situaciones  en que me veía forzada a salir de ellas sin saber cómo… y la confianza y el arrojo me abrieron la puerta...
Signo es la naturaleza que ha sostenido mi cansado cuerpo, que ha nutrido mi hambre y sed, que ha dado aliento a mis desánimos, que ha sido mi maestra con las piedras y barrancos, con sus amaneceres y atardeceres, con su paciente paso de las estaciones,…
La madre-naturaleza es un signo permanente que envuelve mi vida: escucha a la naturaleza; ha sido y es signo de la presencia de Dios en mi historia. En ella he leído siempre mi vida como historia de salvación (cf. Las lecturas del adviento litúrgico).
“Os daré signos…y no hay otro signo fue el de Jonás, el profeta: el signo pascual... el signo por excelencia: muerte y vida, es el signo eucarístico, es el signo de la Esperanza con mayúscula. En cada muerte se esconde la vida. En las muertes físicas: dolor, enfermedad, jubilación,… y en las muertes psicológicas: pérdidas, abandonos, soledad,.. Y en las muertes morales: pecados, miserias de mi corazón… ¡Ahí me espera el Señor!

SORPRESAS
3. Las estrellas del camino, las estrellas de mi adviento, de mi noche, de mi nacimiento. En toda noche hay estrellas, a veces se ven otras se esconden…pero ¡están!  Son el signo de las sorpresas de la vida ¿me dejo sorprender por Dios? Él siempre lo hace  pero puedo andar cabizbaja y no veo lo que aparece en el horizonte ni en el firmamento… no veo las estrellas del camino.
¡Qué bonita es una noche estrellada! Contemplándola me he extasiado con frecuencia y la alegría ha llenado mi corazón. No digo nada si se trata de una estrella fugaz. a veces me he lanzado al camino en solitario y a campo abierto para contemplar la y ¡qué ilusión traen! No me extraña que los magos se dejaran guiar por ellas…
El adviento de mi vida también me deja estas estrellas que siempre son fugaces y en continuo movimiento, aunque parezcan fijos. Nada está fijo en el horizonte, todo se mueve en el universo…como en mi vida. Hoy me trae una estrella fugaz y antes y después mantenerme contemplando el cielo. No debo caminar con la cabeza gacha, no puedo encerrarme en mí misma y mis problemas,… el horizonte es infinito. La salvación es eterna y para todo el universo, para toda la humanidad, no sólo la mía y mi pequeño mundo. Contemplo el inmenso horizonte de una humanidad que Dios contempla en la que se ha realizado la salvación: los cielos y la tierra nueva que anhelamos y que pisamos ya ¡abre los ojos del corazón y contempla el horizonte estrellado de tu eterna y renovada navidad! Gracias.

 MONTAÑAS
No hay aprendizaje de la humildad sin humillaciones. Las montañas me recuerdan esto. Son como esos gigantes que envuelven el camino por delante y por detrás… subir una montaña empinada es todo un reto y más cuando se presenta después de un largo caminar… ¡como en la vida!
Para subir, con frecuencia, he cogido el cayado en forma de palo rústico y ¡Cuánto se agradece este punto de apoyo! Me han ido apareciendo distintas montañas en el camino de mi vida. Subirlas me parecía casi imposible…pero se da el primer paso y luego el segundo…

POLVO Y ANHELO
La pisan los pobres…los pasos de los humildes… soy polvo y anhelo. Simplemente eso ¿no están hechos los caminos de arena y polvo que levantan los propios pies? Esa es nuestra pobre realidad, la mía…mi camino diario, como el adviento vital.
Polvo y anhelo. Algo busca el caminante, el peregrino busca y camina. A veces canta, a veces llora, los zapatos aprietan, las ampollas duelen, pero hay que seguir caminando.
Soy polvo y anhelo que coloco cada día, como hoy en mi nacimiento vital, aquí estoy, esto soy nada más. Solo queda aceptar mi pobreza, a prender de Belén… ¿qué aprender si soy polvo y anhelo?  Que solo Él es mi salvador. Busco méritos, busco sabiduría en mí… NO… ¡solo ÉL salva!
Y… LOS FRUTOS DE NAVIDAD
 
La ESCUELA  DE BELÉN, APRENDER DE BELÉN
Entremos en Belén. Contemplemos y aprendamos alguna enseñanza y… proclamemos con los ángeles: ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor!
1º lección: el AMOR
Vino a los suyos y no le recibieron…pero a los que les recibieron les da el poder de ser hijos de Dios, no nacidos de carne ni deseo carnal, sino de Dios”.
No domestiquemos a Dios… el amor hizo nuevas las cosas. Acojamos el amor que Dios no da y nos renovará. Sólo por amor descendió, sólo el amor nos conduce hacia Él. Pidamos crecer en el amor gratuito y desinteresado de Dios. En Jesús el padre nos da todo su amor y nos lo dice todo en Él.
 
2ª lección: El SERVICIO.
No vino a ser servido, sino a servir. El servicio nos es tarea de seres inferiores. Dios que hizo la Luz y el Universo sirve. Pudiera llamársele así: El que sirve. Y nos pregunta hoy: ¿Serviste hoy? ¿A Quién? Ser comunidad en servicio de amor. ¡Qué gran servicio nos hace el Padre al entregarnos a su Hijo. Y hoy nos dice: He aquí a mi hijo. ¡Contempladlo y escucharlo!
 
3ª lección: La HUMILDAD
¡Cómo hemos desfigurado la navidad! Nació Dios en un humilde portal, entre animales, en un establo… para enseñarnos el camino.
“Todo niño quiere ser hombre, todo hombre quiere ser rey; todo rey quiere ser Dios. Solo dios quiso ser niño” ¿qué me dice esto?
Contemplemos escuchemos: Encontraréis a un niño envuelto en pañales y recostado en una pesebre. Dejarme tocar por la inocencia de un niño frágil, indefenso. Que mueve mis entrañas, me provoca.
En el mundo todo es subir… subir… mirar hacia arriba. Dios mira hacia abajo y elige gente sencilla, comparte la vida con los sencillos. La navidad es hacer más digno al hombre. ¡Reconoce, hombre tu dignidad!
 
Cuarta lección: OBEDIENCIA
“he aquí que vengo a hacer tu Voluntad, Padre” dijo Jesús al entra en el mundo. Y este fin el objetivo de su vida: hacer lo que al padre le agrada. Lo repetirá constantemente y así muere: entregando su espíritu porque todo estaba cumplido.
Humildad, obediencia, a abandono a la voluntad de Dios, qué tres escalones para la santidad, nos diría M. Carmen. El mundo quedó salvado pro la obediencia de Jesús y nos pide colaborar a la salvación con nuestra obediencia. He aquí la esclava del Señor, dirá María. Y también José en su silencio. Todo huele a obediencia en belén.
 
5ª lección: EL SILENCIO
Una sola palabra habló Dios y fue en el silencio y en silencio ha de ser escuchada por el hombre. En Belén se escucha el eco de su voz… Silencio fecundo…
En tantas Navidades ruidosas no cabe Dios. Hagamos silencio interior y exterior. La Palabra habla en el silencio. Silencio en el corazón y alabanza en los labios como los ángeles, como María que lo guardaba todo en su corazón. Ojalá arranquemos de Belén el silencio fecundo. Dios ha venido a enseñarnos la forma de vivir quiere convivir con nosotros. Acoger la navidad es compartir la vida, la alegría,… con los demás. Unión de hermanos y comunión con Dios: Eso es Navidad.
 
CONTRASTES
El camino está lleno de contrastes… de luz –tinieblas, de muerte-vida… ayer la Vida, hoy la muerte…  contrastes de vacío-suficiencia.
Mi camino vital es así… “soy contraste” dicen que valgo y me siento nada… dicen que puedo y experimento mi impotencia… me dicen “adelante” y me quedo frenada… no puedo,…no valgo…no sé…soy incapaz de lo que creen que soy capaz… esta es mi fuente vital, llena de contrastes.
Tritura, Señor, mi ego en tu lagar. Machaca mi suficiencia en tu Palabra.
Solo Dios conoce el corazón de una misma… Solo Él, pero como quiere sacar la propia verdad, lo que de verdad somos, emplea los medios de la comunidad, lo que podemos seguir llamando la corrección fraterna...
 
APLICACIÓN DE SENTIDOS
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y han tocado nuestras manos acerca de la palabra de la vida, -pues la vida se manifestó y nosotros la hemos visto y damos testimonio, y os anunciamos la vida eterna que estaba junto al Padre y se nos manifestó.  Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos para que también vosotros estáis en comunión con nosotros. Nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo.
 
Ver, oír, sentir, gustar, olfatear… por ahí entra también la experiencia de Dios.
VISTA: LO QUE HE VISTO
He visto… imágenes impactantes, unas agresivas, otras tiernas…
He visto el amor de Dios reflejado en tantas vidas…
He visto la ternura de una madre…
La puesta del sol… la noche estrellada y la luna en sus fases…
He visto abrazos, gestos de amor…
He visto… y sobre todo me han visto…
Me HE SENTIDO MIRADA POR MUCHAS PERSONAS… y hasta objeto de observación…
Pero sobre todo me he sentido mirada por la ternura y la bondad de Dios, mi Padre.
 
OIDO: LO QUE HE ESCUCHADO
Palabras dulces, cariñosas y otras más fuertes…
Sobre todo… he escuchado el silencio.
El silencio enriquecedor y el silencio vacío y duro.
He escuchado una palabra que me dice al corazón: ¡Tú eres mi hija!
He escuchado palabras de amor, palabras que llegan al corazón…palabras humanas y palabras divinas… “ya no te llamarás abandonada…
 “Consolad, consolad… se ha cumplido tu paga!
Dios te ama gratuita e incondicionalmente…  me dice: TE QUIERO!!!
 
GUSTO: LO QUE HE GUSTADO
He gustado muchos sabores de la tierra,
Sabores enjundiosos, frutos sabrosos… he gustado, he paladeado dulce y salado.
Pero sobre todo…
He paladeado a Dios, he gustado su sabiduría…
¡He gustado qué bueno es el Señor!
He gustado su sabiduría y bondad, he gustado su Palabra cada día,
He gustado la bondad y la misericordia del perdón,
La Eucaristía que alimenta mi vida
La cena que recrea y enamora…
 
HE SENTIDO: EL TACTO
He sentido la caricia, el beso, el abrazo, el apapacho…
He sentido la brisa en mi cara, el sol que me calienta, el agua que recrea.
He sentido la ternura de un abrazo, la sencillez de la mirada de un niño
La profundidad de una mirada…
¡Tantas cosas he sentido! Tantas cosas he captado a través de mi tacto…
Y sobre todo he sentido el toque delicado del amor de Dios que me dice:
“No temas, estoy contigo. Eres mía”.
 
HE OLIDO: OLFATO
El olor fino de la rosa y el jazmín,
El olor dulce del naranjo en flor, del azahar,
También el olor fuerte de la basura…
El olor de mi infancia y juventud!
Y he olfateado la amistad, la compañía y la soledad,
Y he olfateado el incienso que me eleva a Dios…
El olfato que me llevará a los cielos y la tierra nuevos…
 
LOS INOCENTES DEL CAMINO
 
Por supuesto que los hay.
Hay inocentes en el camino de la vida. El problema está en si los veo y escucho.
Hay inocentes que gritan en silencio, niños, jóvenes, ancianos,… solos y medio perdidos..
Hay inocentes que pasan hambre de pan y de cariño,
Hay inocentes que pasan indiferentes.
“se soporta a las personas molestas, mejor que se tolera a las insignificantes” (Goethe)
Inocentes en mi casa, en mi barrio, en mi escuela, en mi comunidad…
Inocentes en los periódicos y más inocentes los que no salen en ellos…
Inocentes que no son ni número, ni estadística… ¿qué más da?
Señor: mi dolor hoy es que no veo, no escucho estos inocentes silenciosos…
Mi pena es que no me entero de los inocentes que sin duda los hay en mi camino…
Pon, Señor, inocentes en mi camino, y sobre todo dame ojos para verlos, oídos para escucharlos y manos para dar lo que pueda dar.
Y si quieres…hazme inocente.
 -----------------------

CUARESMA 2018
  Es éste un año especial y son muchos los motivos por lo que esta Cuaresma debería serlo: Celebramos el 125 aniversario de la Fundación de la Congregación, es Año capitular… y por supuesto es una nueva gracia para acercarnos a Dios y dejar que sea Él cada día más la Fuente y el Motor de nuestra vida.
  La vamos a vivir subiendo al menos TRES ESCALONES: LOS ESCALONES DE LA SANTIDAD, propuestos por M. Carmen Sallés.
                   Escuchemos primero unas palabras de M. Carmen en la carta del 15 de octubre, de 1.900. Humillémonos y obedezcamos, conformémonos con el querer de Dios ¡qué tres puntos de apoyo para subir la escala de la perfección! Porque es humilde quien reconociendo ser miserable criatura, no ve en sí más que imperfecciones y peligros y teme, con temor santo, hacerse indigna de su Dios y Creador... Es obediente quien, acatando los altos juicios del Omnipotente, sabe caer de rodillas y considerarse dichosa y feliz sujetándose a la voluntad de quienes, por ser mis superiores y estar en lugar mismo de Dios, la ejercitarán y como consecuencia de este modo de obrar, nacerá la conformidad con la voluntad de Dios…”.
                   M. Carmen explica un poco qué entiende por cada uno de estos escalones, pero vamos a profundizar en ellos. Puedes verlos en la página de  materiales de formación.


CARTA REYES 2018
Mis queridos Reyes Magos:
Esta vez os habéis ido sin mi carta, pero no importa ¡se me queda para mí! y os pido la sabiduría y la constancia para retenerla. Sabiduría para saber escribir lo que deseo, constancia para poder hacerlo a lo largo de este año, hasta que volváis en la Navidad 2018.
¿Cómo os ha ido en esta temporada, en esta Campaña de Navidad 2017? ¿Muchas peticiones? ¿muchos sueños, deseos, proyectos? ¿podréis con todo? Bueno, pues a eso vengo yo, al menos para deciros en qué puedo ayudar. Lo que yo deseo este año es ser “REINA MAGA” (suena un poco regular, pero no es más que poner el femenino). Sí, me gustaría que me ayudéis a ser “Reina maga”, (en el fondo me parece que algo ya he hecho, pero quiero hacerlo más; no, no para dar regalos ni cosas así, … quiero ser “reina maga” como vosotros porque:
  1. Sois BUSCADORES de la Luz y la Verdad, porque no os cansáis de buscar y ese ha sido y sigue siendo mi “oficio” BUSCAR A DIOS, buscar a Jesús, mirar a la Estrella en el horizonte y seguirla. ¡Ayudadme a ser siendo buscadora, a mirar a lo alto siempre y no quedarme en las cosas del suelo!
  2. También supisteis postraros ante el Rey de reyes en forma de niño. Yo también quiero saber postrarme y adorar: postrarme en humildad. ¡Cuánto necesito aprender la humildad, si es a base de humillaciones…sea!, aunque eso me cuesta más, pero quiero aprender a postrarme y adorar, Tú eres el Único Señor y a Ti solo la Gloria. Aprender de los verdaderos adoradores en espíritu y verdad, de los santos de ayer y de hoy.
  3. Y por fin: ¡sois los profesionales de la ofrenda, del regalo, por eso se os conoce!  Quiero ser “reina maga” en ofrecer algo. Vosotros ofrecisteis vuestros regalos, yo ofrezco mi vida en servicio y disponibilidad para lo que necesiten de mí. Poco puedo dar, pero daré lo que me pidan: mi tiempo, mi saber, mis energías, físicas morales, espirituales, quiero vivir en disponibilidad y decir como tu Madre: “Hágase”. Que se cumpla en mi tu Proyecto, tu voluntad.
Y ya sólo deciros que me ayudéis a ser constante. Ya me conocéis. Vosotros lo fuisteis y llegasteis a la Luz de Belén. Que no me canse de caminar y si me canso, no importa…seguiré cansada. Nos veremos en el camino. Aquí tenéis un “reina maga”.
 

[i] NOTA: se me quedó esta carta por escribir y no quiero perder la tradición. Y hoy, último día de la navidad 2018, fiesta del Bautismo del Señor, la retomo un poco.
 
“Queridos Reyes Magos.
Quiero pediros que no me traigáis nada para mí. Todos los años estoy pensando y pensando en lo que quiero, creándome necesidades nuevas y buscando otros caprichos, para aprovechar este día y sacaros partido. Además quiero que me ayudéis a salir de este egoísmo que me envuelve, que me distraigáis de mis sensaciones, emociones y placeres, para escuchar solamente lo que le pasa al otro. Este año podríais cambiar el oro, incienso y mirra, por otras cosas que urgen.
Traednos solidaridad y justicia, para que repartamos. Trabajo para los que no lo tienen y quitádnoslo a los que tenemos de más. Ilusión para los tristes y animadnos a que les contagiemos vida. Ternura para captar lo que le duele al hermano.
Traed sensibilidad para adivinar lo que necesita la persona que tenemos al lado. Tolerancia, para que vivamos unidos y celebremos nuestras diferencias. Paz, para que frenemos los pequeños y grandes desencuentros. Sosiego, para que no andemos todos como locos corriendo tras no sé qué.
Traed sonrisas, para que nos regalemos unos a otros nuestro mejor gesto. Equilibrio, para que encontremos todos la mejor manera de vivir.
Traed serenidad, para que sepamos aceptar las dificultades de la vida. Contemplación, para que no se nos escape la belleza sin disfrutarla. Escucha, para que nos hagamos hueco en el corazón unos a otros. Encuentros, para que nos disfrutemos mutuamente.
Traed abrazos, para que nos los regalemos en la vida diaria, que sanan mucho. Sabiduría, para que podamos con la enfermedad y los problemas.
Traed romances, para que no dejemos que la rutina apague nuestro amor. Austeridad, para que aprendamos a vivir en la libertad del no tener todo. Osadía, para que nos atrevamos a contar lo que vas haciendo en cada uno. Paciencia, para que sepamos respetar los ritmos de la vida.
Traed energía, para que no decaigamos ni vivamos una vida light y mortecina. Comunicación, para que hablando la vida, nos sintamos profundamente iguales. Resurrección, para que estemos convencidos de que no hay muerte que nos pueda. Creatividad, para reinventar el momento, las relaciones y la vida.
Traed belleza, para que la sepamos poner en todo aquello que hagamos. Ternura, para llenar el mundo de Amor y sentirnos todos hermanos. Diversión, para vivir la apasionante aventura de la vida con chispa y con humor. Intimidad, para cuidar los momentos especiales con Dios y el otro.
Traednos a Dios, mejor, no traigáis nada de lo anterior, traednos a ese Dios que os encontrasteis, porque con Él en nuestra vida conseguiremos todo lo anterior”.

 CARTA A LOS REYES MAGOS

                  Queridos Reyes Magos:
Pedir cosas en estos tiempos en los que muchas personas necesitan ayuda no está muy bien visto, pero sois tan buenos que algún regalo me concederéis.
 
El niño que llevo dentro se atreve a pediros consejo y, con toda la ilusión del mundo, vuestra bendición para las siguientes causas:
 
Ser solidario hoy es fundamental y muy necesario. Tráiganme sus majestades, por favor, un kilo de solidaridad y buenas intenciones.
 
Me intimidan las personas que se imponen con su mirada fría. Echen por favor, en sus cofres otro kilo de cercanía, sinceridad, dulzura.
 
Si no es pedir mucho, les rogaría que por algún rinconcillo de sus alforjas traigan algún saquillo de buen humor, de servicio, de humildad y... átenlo bien con una cuerda especial que se llama ORACIÓN.
Ya no importuno más, pero… por favor, no paséis de largo en estas COMUNIDADES en las que deseamos haya más jóvenes para que aumente la comitiva de los que a diario adoran al NIÑO DIOS. Nosotras rezaremos para os detengáis en los hogares donde haya un niño con alguna carencia; que vuestra magia lo adivine y lo resuelva.
 
¡Ah! y puesto que venís de Oriente, no os vengáis sin un saco de estrellas porque conocemos muchas personas que se las merecen. Cada vez que coloquemos una, habrá más luz, y esto nos ayudará a ver mejor que se puede vivir en PAZ.
 
Gracias por alimentar nuestra fe para seguir creyendo en las OPORTUNIDADES de la magia diaria.





¡CORAZON DE JESUS, EN TI CONFIO!
Es la oración que primero brota de mi corazón y mis entrañas en momentos de apuro, de necesidad de búsqueda, de inquietud, de miedo, de…  tantas  ocasiones en las que caigo en la cuenta de mi impotencia y de que “todo lo puedo en AQUEL que me conforta”.
Sí. Como digo es la primera oración que sale desde lo más hondo de mis entrañas cuando quiero orar no sólo con la boca, sino con el corazón, con todas mis entrañas, con todo mi ser.  Me he preguntado más de una vez por qué me sale esta exclamación-oración la primera, y yo misma me respondo porque en esta breve oración de apenas 6 palabras se condensa mi vida de fe, de esperanza, de amor.
Sí. Es el grito más fuerte que me sale desde la entraña  expresando mi FE. SÍ. La fe para mí no es sólo un conjunto de verdades que proclamo con la boca, sino sobre todo es una relación con un PERSONA, Jesucristo, en quien mi vida entera se apoya y en quien encuentro sentido para TODO. Sí, para todo, para la alegría y el dolor, la angustia y la paz, la vida y la muerte,…para TODO! EN CRISTO lo tengo todo, porque Él asume toda mi realidad y lo da sentido, lo plenifica. Es pues, mi primer grito de FE.
Y es también un grito de ESPERANZA. EN TI CONFIO. Pongo mi confianza en Él, en Él me apoyo, es mi Roca, mi Baluarte, mi SALVADOR. Nada sin Él encuentra sentido… todo tiene en Él solución porque sólo El es el Redentor del mundo y mi Redentor. Es, pues, el mayor grito de confianza decir: JESUS CONFIO EN TI.
Y, por supuesto, es el grito de AMOR. EL ES MI AMOR, a Él entregué mi vida con mis limitaciones e incongruencias, con mis luces y sombras, con mi suelo y mi cielo, con mi sangre y sudor… todo en EL, TODO PERDIDO EN SU CORAZÓN, TODO ASUMIDO EN SU CRUZ.
Por eso esta breve oración es la condensación de mi vida teologal, de mi Fe, esperanza y amor, de mi relación con el CORAZON DE JESUS. Y repito y repito como un mantra: JESUS EN TI CONFIO.
Y ¿por qué acudo y llamo a su CORAZON? Porque en Él están concentrados todos los dones del Amor de Dios, Padre, Hijo y Espíritu. En Él está la VIDA ¿no es la sede de la vida el corazón? De Él brota la salvación, ríos de agua viva brotan de su corazón en forma de sangre y agua: Bautismo que me purifica y Eucaristía que me alimenta. En Él está mi reposo y como el apóstol amado, Juan,  con frecuencia recuesto mi cabeza en su Costado en donde late su Corazón.  Sólo me resta decir GRACIASSSSSSS.



De vez en cuando,
dar un paso atrás nos ayuda a tomar una perspectiva mejor.
El Reino no sólo está más allá de nuestros esfuerzos, sino incluso más allá de nuestra visión.
Durante nuestra vida, sólo realizamos una minúscula parte de esa magnífica empresa que es la obra de Dios.
Nada de lo que hacemos está acabado, lo que significa que el Reino está siempre ante nosotros.
Ninguna declaración dice todo lo que podría decirse.
Ninguna oración puede expresar plenamente nuestra fe.
Ninguna confesión trae la perfección, ninguna visita pastoral trae la integridad.
Ningún programa realiza la misión de la Iglesia.
En ningún esquema de metas y objetivos se incluye todo.
Esto es lo que intentamos hacer:
plantamos semillas que un día crecerán;
regamos semillas ya plantadas, sabiendo que son promesa de futuro.
Sentamos bases que necesitarán un mayor desarrollo.
Los efectos de la levadura que proporcionamos van más allá de nuestras posibilidades.
No podemos hacerlo todo y, al darnos cuenta de ello, sentimos una cierta liberación.
Ella nos capacita a hacer algo, y a hacerlo muy bien.
Puede que sea incompleto, pero es un principio, un paso en el camino,
una ocasión para que entre la gracia del Señor y haga el resto.
Es posible que no veamos nunca los resultados finales,
pero esa es la diferencia entre el jefe de obras y el albañil.
Somos albañiles, no jefes de obra, ministros, no el Mesías.
Somos profetas de un futuro que no es nuestro.
 
(Atribuida al beato Oscar Arnulfo Romero, pero que fue pronunciada por primera vez por el Cardenal John Dearden)


UNA PALABRA, UN PERSONAJE, UN FRUTO DE LA PASCUA
 
1.- Dos hombres -dos ángeles- con vestidos resplandecientes, de aspecto como el relámpago, vestidos como la nieve: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado. Recordad cómo os habló estando todavía en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado y al tercer día resucite”. (Mt. 28, 2; Mc., 16,5; Lc. 24, 4-6)
 
FRUTO DE LA PASCUA: COMUNIÓN
Los primeros frutos de la pascua de Resurrección, se encuentran en la experiencia de la comunión. Para los que tenemos la fe de la resurrección, la comunión en esa fe y la solidaridad con todos los hermanos, constituye una respuesta natural.
 
2.- Los soldados guardianes del sepulcro y los sumos sacerdotes:
“Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, se produjo un gran terremoto y rodó la piedra que cerraba el sepulcro… Los guardias, aterrorizados, se pusieron a temblar y quedaron como muertos… Algunos de los guardias marcharon a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado”. Estos, reunidos con los ancianos, tomaron bastante dinero y se lo dieron a los soldados diciéndoles: Decid que, viniendo los discípulos de noche, le robaron mientras vosotros dormíais. Y si llega la cosa a oídos del gobernador, nosotros le convenceremos y haremos que no se os inquiete”. (Mt. 28,1-5 y 12-15)
 
FRUTO DE LA PASCUA: PAZ
Frente a una cultura de un constante fuego cruzado, la Pascua, nos invita a la paz.  
La paz que da el Señor resucitado, es fruto precisamente de la comunión con Dios.
 
 3.- María Magdalena, junto a María la de Santiago, Juana, Salomé y las demás mujeres que estaban con ellas:
•          “Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle, y muy de madrugada, el primer día de la semana, al salir el sol, van al sepulcro… Jesús resucitó el primer día de la semana y se apareció primero a María Magdalena… Ella fue a comunicarlo a los que había vivido con El, que estaban tristes y llorosos”. (Mc. 16,1-2 y 9-10)
•          “Jesús les salió al encuentro, diciéndoles: ¡Salve! Ellas, acercándose, asieron sus pies y se postraron ante El. Les dijo entonces Jesús: •          “Diciendo esto (María Magdalena), se volvió para atrás y vio a Jesús que estaba allí, pero no conoció que fuera Jesús. Le dijo Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscáis? Ella, creyendo que era el hortelano, le dijo: Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo lo tomaré. Le dijo Jesús: ¡María! Ella, volviéndose le dijo en hebreo, ¡Rabboni!, que significa Maestro. Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido al Padre, pero ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. María fue anunciar a los discípulos: He visto al Señor”. (Jn. 20, 14-18)
 
FRUTO DE LA PASCUA: ALEGRÍA
Frente a la tristeza, la alegría de Pascua nos descubre el gran secreto del amor de Dios: la vida eterna. Ella, convierte nuestra existencia en un surtidor de alegría.
 
4.- EL APÓSTOL SAN PEDRO:
•          “Salieron, pues, Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro… Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte”. (Jn. 20, 3-7)
•          “Después de esto se apareció Jesús a los discípulos junto al mar de Tiberíades y se apareció así: Estaban juntos Simón Pedro y… Les dijo Simón Pedro: Voy a pescar… Salieron y entraron en la barca y en aquella noche no pescaron nada. Llegada la mañana estaba Jesús en la playa, pero los discípulos no se dieron cuenta de que era Jesús. Les dijo Jesús: muchachos, ¿no tenéis nada a mano nada que comer? Le respondieron: no. Él les dijo: echad las redes a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron y ya no podían arrastrar la red por la multitud de los peces. Dijo entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba: ¡Es el Señor! Así que oyó Simón Pedro que era el Señor, se ciñó la sobretúnica -pues estaba desnudo- y se arrojó al mar”. (Jn. 21, 1-8).
•          “Cuando hubieron comido, dijo Jesús a Simón Pedro (por tres veces): Simón hijo de Juan, ¿me amas más que estos? Él le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Le dijo Jesús: apacienta mis corderos… En verdad, en verdad, te digo: cuando eras joven, tú te ceñías e ibas donde querías; cuando envejezcas, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieres. Esto lo dijo indicando con que muerte había de glorificar a Dios. Después añadió: Sígueme”. (Jn. 21, 15-19)
•          “Viéndole (a Juan), pues, Pedro dijo al Señor: Señor, ¿y este qué? Jesús le dijo: Si quisiera que este permanecería hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú, sígueme”. (Jn. 21, 21-22)
 
FRUTO DE LA PASCUA: ESPERANZA
Frente al pesimismo, la Pascua nos exige confiar y esperar en Dios.
Sólo quien espera en El, es capaz de llegar a cumplir los más altos ideales.
 
 
5.- EL APÓSTOL SAN JUAN:
•          “Salieron, pues, Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y asomándose, vio las vendas en el suelo, pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no había entendido las Escrituras: que él había de resucitar de entre los muertos”. (Jn. 20, 3-9)
•          “Después de esto se apareció Jesús a los discípulos junto al mar de Tiberíades y se apareció así: Estaban juntos Simón Pedro y… Le dijo Simón Pedro: Voy a pescar… Salieron y entraron en la barca y en aquella noche no pescaron nada. Llegada la mañana estaba Jesús en la playa, pero los discípulos no se dieron cuenta de que era Jesús. Les dijo Jesús: muchachos, ¿no tenéis nada a mano nada que comer? Le respondieron: no. Él les dijo: echad las redes a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron y ya no podían arrastrar la red por la multitud de los peces. Dijo entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba: ¡Es el Señor! (Jn. 21, 1-7)
•          “Se volvió Pedro y vio que seguía detrás el discípulo a quien amaba Jesús, en el que en la cena se había recostado en su pecho y le había preguntada: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? Viéndole, pues, Pedro dijo al Señor: Señor, ¿y este qué? Jesús le dijo: Si quisiera que este permanecería hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú, sígueme”. Se divulgó entonces entre los hermanos la voz de aquel discípulo no moriría; mas no dijo Jesús que no moriría, sino: si yo quisiera que éste permaneciese hasta que venga, ¿a ti qué? Este es el discípulo que da testimonio de esto, que lo escribió y sabemos que su testimonio es verdadero”. (Jn. 21, 21-24)
 
FRUTO DE LA PASCUA:         AMOR
Frente al egoísmo, la Pascua, al ver a Jesús, nos enseña que el servicio es pasaporte necesario para entrar en el país del cielo.
 
6.- LOS DEMÁS APÓSTOLES, EXCEPTO TOMÁS:
•          “La tarde del primer día de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se hallaban los discípulos por temor a los judíos, vino Jesús y puesto en medio de ellos les dijo: la paz sea con vosotros. Y diciendo esto les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron viendo al Señor. Les dijo otra vez: la paz sea con vosotros. Como me envió mi Padre, así os envío yo. Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retengáis, les serán retenidos”. (Jn. 20, 19-23)
•          “Mientras esto hablaban, se presentó en medio de ellos y les dijo: la paz sea con vosotros. Aterrados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Él les dijo: ¿Por qué os turbáis y por qué suben a vuestro corazón esos pensamientos? Ved mis manos y mis pies: soy yo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo. Dicho esto, les mostró las manos y los pies.” (Lc. 24, 36-41)
•          “Entonces les abrió la inteligencia para que entendiesen las Escrituras… Vosotros daréis testimonio de esto. Pues yo os envío la promesa de mi Padre; pero habéis de permanecer en la ciudad hasta que seáis revestidos del poder de lo alto” (Lc. 24,45-49)
•          “Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado, y viéndole, se postraron… Jesús les dijo: se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra: id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Yo estaré con vosotros siempre hasta la consumación del mundo”. (Mt. 28,16-20)
 
FRUTO DE LA PASCUA: ILUSIÓN
Frente al desencanto, la Pascua nos hace ver el horizonte de nuestra existencia con unas lentes muy especiales: detrás del fracaso aparente, espera una mañana feliz.
 
7.- EL APÓSTOL SANTO TOMÁS:
 “Tomás, uno de los doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado no creo. A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyente. Tomás contestó: ¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: ¿por qué me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto”. (Jn. 20,24-29)
 
FRUTO DE LA PASCUA: PERDÓN
Frente al odio, la Pascua nos empuja hacia las dos vertientes de una vida cristiana: el perdón y la reconciliación.
 
8.- LOS DOS DISCÍPULOS DE EMAÚS: “Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unas dos leguas; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: ¿qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?… Lo de Jesús el Nazareno que fue profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo… Nosotros esperábamos… Entonces Jesús les dijo: ¡qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria? Y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó todo lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante, pero ellos le apremiaron diciendo: ¡Quédate con nosotros porque atardece y el día va de caída! Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: ¿no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras? Y levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once con sus compañeros…” (Lc. 24,13-35)
 
 FRUTO DE LA PASCUA: VALENTÍA
Frente a la cobardía, la Pascua, nos confiere fuerzas para seguir adelante.
Jesús ha cumplido y, por lo tanto, nos da una buena inyección de fortaleza.
 
 
9.- LOS OTROS MÁS DE QUINIENTOS:
 “Pues a la verdad os he transmitido, en primer lugar, lo que yo mismo he recibido, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día, según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, luego a los doce. Después se apareció una vez a más de quinientos hermanos, de los cuales muchos permanecen todavía y otros durmieron; luego se apareció a Santiago, luego a todos los apóstoles, y después de todos, como a un aborto, se me apareció también a mí”. (I Cor. 15,3-8)
 
FRUTO DE LA PASCUA: FE
Frente a las dudas, la Pascua nos confirma en el camino emprendido en el día de nuestro Bautismo. La experiencia de Jesús Resucitado, hace que nos sintamos arropados por su Espíritu y por los deseos de crecer como creyentes comprometidos, en pro de un orden nuevo en el mundo, desde la perspectiva del Evangelio.
 
10.-MARÍA SANTÍSIMA, LA MADRE DEL RESUCITADO:
 La Sagrada Escritura no refiere ningún pasaje en el que Jesús Resucitado se apareciera a su Madre, María Santísima. Con todo, toda la tradición de la Iglesia ve en María el modelo que su hijo Jesús propone al apóstol Tomás, al dudar de su resurrección, cuando dice “Dichosos los que crean sin haber visto”. María es así prototipo y modelo de aquellos bienaventurados que creen sin ver. María creyó y esperó. De este modo, “Jesús siempre estuvo resucitado en su corazón sin necesidad de aparición alguna”. (José Luis Martín Descalzo)
 
FRUTO DE LA PASCUA: TESTIMONIO
La Pascua es la llamada permanente a dar Testimonio de que CRIS